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March 31, 2023
¿Qué es la agilidad emocional y cómo aplicarla en el trabajo?
En el ámbito laboral, el estrés y los problemas son inevitables. Tarde o temprano, todos experimentamos situaciones que ponen a prueba el control que tenemos sobre nuestras emociones. El mundo laboral moderno nos dice que debemos enfrentar tales situaciones con entereza y estoicismo.
Sin embargo, reprimir nuestras emociones no suele dar buenos resultados. Afortunadamente, existe un método que nos permite afrontar los problemas laborales de una manera más saludable para nosotros mismos y nuestro entorno de trabajo ¿Has oído hablar de la agilidad emocional?
Esta es una técnica que puede ayudarte mucho al momento de trabajar dentro de un equipo y atravesar circunstancias estresantes. En T2W tenemos una amplia experiencia en gestión de personal y recursos humanos, por lo que estamos familiarizados con este concepto. En el siguiente artículo ahondaremos en la agilidad emocional y cómo aplicarla en nuestra vida profesional y personal.
¿Qué es la agilidad emocional?
Se trata de un concepto que fue desarrollado por la psicóloga sudafricana Susan David. Según ella, la agilidad emocional es la habilidad de experimentar los pensamientos y emociones sin dejar que estos influyan en nosotros de forma negativa. A través de este enfoque, podemos utilizar las emociones como señales que nos indican las acciones y cambios que debemos realizar en nuestro entorno.
Al momento de enfrentar un conflicto o situación negativa en el trabajo, muchas personas ceden ante sus emociones. Otras, intentan suprimir tales emociones, pero solo consiguen que se acumulen. Eventualmente, llegará un punto en el que la presión hará que las emociones se liberen en un estallido. Ambos enfoques son poco recomendables tanto en el trabajo, como en la vida personal.
¿Cómo desarrollar la agilidad emocional?
1. Identificar las emociones
¿Qué tan consciente eres de tus pensamientos y emociones? Sí, todos nos llegamos a sentir de cierta manera ante determinadas situaciones. Si tu jefe hace un comentario sobre tu trabajo y percibes un tono negativo, esto detona una emoción en ti. Sin embargo, la mayoría de personas se deja llevar por estas y no es hasta después de actuar que se dan cuenta que se sentían enojadas o tristes.
Por eso es importante identificar la emoción que tienes en ese momento de conflicto. Si algún comentario u acción detonó una emoción en ti, el primer paso es ser consciente de la emoción sin juzgar si es justificada o no. Aquí puedes apoyarte en el famoso concepto de mindfulness.
A través del mindfulness, puedes realizar ejercicios en casa enfocados en prestar atención a cada pensamiento y emoción que tienes. Entonces, al atravesar una situación de conflicto, pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo en este momento? De esta forma, sales de un estado en el que solo sientes y reaccionas, a un estado neutral en el que puedes visualizar cada pensamiento y emoción que surge internamente en ti.
2. Tomar distancia
Bien, ya identificamos la emoción que acaba de aparecer sin juzgar si es justificada. El siguiente paso consiste en tomar distancia de esta emoción o pensamiento. Este es un paso algo complejo, especialmente para las personas que suelen tener emociones intensas. Empieza por no reprimir las emociones que experimentas.
Estas son válidas y nos hablan de lo que nos gusta o no nos gusta e influencian nuestras decisiones. Sin embargo, las emociones no deciden nuestras acciones por nosotros. Un truco que te ayudará a distanciarte de lo que sientes consiste en nombrar o etiquetar cada emoción. Al encontrarte en la situación de conflicto, y luego de identificar la emoción que surge en ti, cuéntate a ti mismo lo que sientes en ese momento.
Empieza por decirte a ti mismo mentalmente: “Esta conversación hace que aparezcan emociones e enojo.”. Al notar que tales emociones aparecen, puedes aprovechar esta concientización para no ceder a ellas. De esta forma, tomas distancia de ese momento de emoción intensa y lo dejas pasar.
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3. Encontrar tu motivación
Ya te distanciaste de esa emoción intensa en el momento del conflicto. ¡Aquello es un gran logro! El siguiente paso es evitar actuar de una forma que lamentes posteriormente. Para eso, es necesario establecer una motivación. Esta te impedirá actuar de una forma que realmente no deseas. Empieza por definir tus objetivos personales, tus valores y lo que realmente es importante para ti.
Pregúntate si las emociones que experimentas en ese momento realmente se alinean con tus objetivos y valores. Ceder al enojo ante una conversación incómoda en una reunión de trabajo podría no alinearse con lo que realmente es importante para ti. Este te ayudará a tener una motivación clara y siempre definida para evitar no dejarte llevar por una emoción negativa.
4. Seguir adelante
Bien, ya identificaste la emoción, te distanciaste de esta y definiste una motivación para saltarla ágilmente. El paso final consiste en tomar acción para evitar que la situación se repita. Para eso, debes realizar pequeños cambios en tus hábitos diarios. Estos te permitirán modificar poco a poco la forma en la que percibes cada situación y cómo enfrentas cada evento.
El objetivo aquí es crear hábitos que esté alineados con tu motivación: los objetivos personales y los valores que definiste en el paso previo. Nunca olvides que las emociones solo se quedan con nosotros por periodos de tiempo limitados. Toda emoción que surge en un momento de conflicto eventualmente perderá fuerza y se desvanecerá.
Ahora sabes qué es la agilidad emocional y cómo aplicarla. Pon estos pasos en práctica diariamente y de a pocos. Con un poco de paciencia, te convertirás en una persona emocionalmente ágil en el trabajo y en tu vida personal.
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